miércoles, 18 de enero de 2023

Toque helado

   -Toque helado-




¡Agente, aquí! Gracias al cielo que ha venido. Sé que es usted el tercero en esta semana que viene a hablar conmigo pero tiene que creerme ¿Que si intento decir que soy inocente?

Eso ya no puedo decirlo, están todas las pruebas en mi contra e incluso lo he admitido. No, no quiero decir que soy inocente, necesito que me cambien de prisión, lo suplico. Usted ha leído mi caso, de eso estoy seguro y sé que pensará que estoy loco, o soy el peor mentiroso que ha conocido la historia, pero prometo que yo Juan Piscitello, no digo nada más que la verdad ¡Por favor no se vaya! Deje al menos que le cuente mi historia, al menos que le cuente mi historia. Necesito que me crea, estoy desesperado. No se ría de mí, de corazón se lo pido.


Todo empezó el sexto día de rodaje de un documental sobre fauna marina del ártico para la televisión nacional. Aunque no lo crea soy camarógrafo especializado en buceo ¡Y de los mejores! Incluso he hecho trabajos para la BBC, Discovery y la National Geographic. Partimos desde Argentina sin complicaciones en dirección al continente helado. No se imagina usted lo que es eso, la Antártida es aterradora. Perdón por desviarme del tema. Nuestro objetivo era la costa. En el interior de ese continente no hay vida, ahora no estoy tan seguro después de todo lo que me ha pasado, pero la ciencia dice que no hay vida. Uno pensaría que tendría que haber un par de especies de peces y ya está, pero esas aguas congeladas son un auténtico edén para la vida. 


Sumergirse en agua que puede matarte con estar unos segundos no es fácil, tienes que llevar un neopreno especial para no congelarte y aún así sólo puedes estar unos minutos antes de que la articulaciones decidan dejar de funcionar y tus extremidades sean de adorno. Sé que suena horrible, pero merece la pena ver lo que hay allí. O eso pensaba hasta que vi esa cosa. Atravesamos el hielo gracias a instrumental rudimentario, taladros, sierras mecánicas…. Todo lo moderno se rompe allí en nada. Y nos sumergimos, nos sumergimos tres buceadores a grabar lo que había allí abajo. Medusas de tres metros de largo parecían posar para nuestro largometraje, decenas de especies de crustáceos y equinodermos casi prehistóricos eran vistos por primera vez. Nuestros biólogos casi lloraban de la emoción ¿Que son los equinodermos? Las estrellas de mar y sus semejantes, para que usted y yo nos entendamos ¿Cómo eran los peces? A mí me gusta decir que los peces de la Antártida son tristes. Si la vida allí es antigua y lenta, en serio no sabe usted cómo son esos animales, si el planeta era así hace millones de años no querría estar allí. Bueno, si la vida es así los peces más, algunos totalmente oscuros y frío, otros transparentes con los órganos a la vista. Parecen fantasmas.


Esto es sólo para ponerle en situación y que vea los misterios ocultos bajo el hielo, necesito que escuche bien esta parte. En nuestra última inmersión el día fue malo, incluso aprovechando el verano Antártico la atmósfera era pesada, era nuestra sensación, nos lo decía el corazón, pero como los aparatos indicaban que todo estaba correcto decidimos realizar la inmersión. No sabe como me arrepiento. Yo soy de los que no se achantan ante nada y fui el primero en bajar, idiota de mí ¿Si había pasado algo con los animales o algún bicho extraño? ¡Para nada! Todo estaba igual que los días anteriores. No me mire con esa cara, el problema no eran los peces o las medusas ¡Era el hielo! Vimos un fenómeno que rara vez es filmado. De la placa de hielo sobre nuestras cabezas comenzó a surgir un zarcillo en dirección al lecho marino. Esto se produce cuando se filtra agua dulce congelada y crea un campo helado a su alrededor. Como puede entender los equinodermos… las estrellas de mar son muy lentas y no pueden escapar. Mueren a miles. No por nada lo llamamos dedo de la muerte. En este había algo raro, que nos decía a nuestro instinto que saliéramos del agua, mis amigos lo hicieron, yo no ¡Ahí mi condena! Bajaba muy rápido, demasiado, incluso los peces no podían escapar. Yo me alejé poco a poco sin dejar de grabar hasta que ví que se giraba ¡Esa cosa me estaba viendo! ¡Y vino a por mí!  Me buscaba con ansia, como si estuviera vivo y no quería perder su última presa. Solté la cámara para nadar hasta la superficie. Al girar la cabeza para mirar atrás pude ver como eso estaba envolviendo la cámara encerrándola en hielo para proseguir su camino. Al salir a la superficie tampoco me sentí a salvo, algo me decía que me estaba buscando ¡Nadie me creyó cuando lo dije! ¡Incluso me amonestaron por perder el equipo y la última toma! ¡Cabrones! Perdone, me cuesta no alterarme al recordarlo.


En el barco empezaron a suceder cosas extrañas, fallos en los equipos eléctricos, grietas en el casco, tuberías estaban estallando. Todos lo achacaron a daños por frío. Claro que eran daños por frío pero por esa cosa. Por favor créame, no estoy loco, eso estaba vivo, el hielo guarda misterios horribles que no deberíamos descubrir. Yo insistí en mi historia ¿Y qué conseguí? ¡Que el médico del equipo me diagnosticara ansiedad y me encerraran en mi maldito cuarto¡ No me mire así, digo la verdad. El último día me dejaron salir. Sí. Por ese día estoy aquí. Quedaban pocas horas para llegar a puerto y me permitieron salir para que me aireara un poco. Es maravilloso ver sólo azul y la tierra en el horizonte después de estar en el hielo, sientes que la brisa cálida te renueva las fuerzas perdidas. Tomé la decisión de mirar por la cubierta, y entonces lo vi. Cerca de la superficie nadaba incansable ese zarcillo de hielo, nadaba como un gusano ¡Estaba vivo! ¡Tenía inteligencia de algún tipo! Como si fuera un perro de caza me olió y comenzó a subir por el barco. Caí de bruces al suelo mientras intentaba huir y fue tal mi grito que uno de mis compañeros salió a socorrerme. El también lo vio, quedándose paralizado del miedo. Hubiese sido un testigo esencial para que mi historia fuera escuchada, pero el miedo y el instinto de supervivencia me llevaron a realizar el acto por el que estoy entre rejas. Lo empuje. Sí ¡Lo empujé contra esa cosa! El hielo lo envolvió como una serpiente, estrangulándolo y congelándolo.  Nunca he visto tanto miedo en un rostro. Ambos cayeron al agua. Lo que vieron el resto fue que lo tiré por la borda, nunca se encontró el cuerpo. Espero que algún día Dios me perdone. Después me dejaron inconsciente de un golpe con algo muy duro, creo que una sartén o algo así. El resto de la historia la conoce usted. 


Por favor, debe creerme, siento que ese monstruo por no ponerle otro nombre me sigue de alguna manera. Necesito cambiar de prisión para que no me encuentre ¡Se lo suplico! ¿Por qué me mira así? ¿Que le ocurre? ¡Oye! ¿Por qué corre? Espera ¡Mierda! ¡El hielo me ha encontrado! ¡Sacadme de aquí, sacadme de aquí! ¡No quiero morir! ¡Dios ayudame!


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